jueves, 25 de septiembre de 2014


                   "Lo que conduce y arrastra al mundo no son las máquinas sino las ideas."


LA BUSQUEDA 
El aspirante entra en la Búsqueda del reino celestial, desde el primer momento en que anhela tratar de renunciar a su ego.
No importa que eso comprometa la totalidad de su vida, y que el triunfo solo pueda encontrarlo el alguna futura encarnación.
Desde ese primer momento, él se convierte en un discípulo del Yo Superior y en un aspirante al reino de los cielos.
En una denodada lucha por la libertad, un noble rechazo a ser un títere del ego o a ser una víctima del yo animal, una excelente decisión de obtener fuerzas de la debilidad
¿Cómo nos liberaremos de nuestras debilidades?
¿Cómo podremos liberarnos del seudo-yo y permitir que el ser verdadero se revele?
¿Cómo cesaremos de de negar los óptimos valores y empezaremos a afirmarlos?
La búsqueda, con sus disciplinas prácticas y sus ejercicios místicos es parte de la respuesta.
Es un modo de vida que se le pide al que reniegue de sus placeres más íntimos y de sus hábitos más viejos.
Por eso, es y debe ser un modo difícil.
Pero llega un tiempo en el que, mediante la percepción más clara, valorizaremos lo que sigue alegremente, por propia decisión.
Muchos aspirantes creen equivocadamente que la Búsqueda es pasar de una experiencia psíquica a otra, o de un éxtasis místico a otro.

Pero, en realidad, se trata de un paso de carácter, de la animalidad a la pureza, del egoísmo a la impersonalidad.

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